5. El reencuentro.

Pensaba que con cuatro entradas había librado aquello de mi bloqueo, pero no. Circunstancias adversas me permitieron no sentirme mal por no escribir en varios días, pero debo confesar que en los últimos cuatro días pude haber hecho algo para remediar mi ausencia en este espacio. "No sé qué escribir" es lo que me viene a la mente cuando entro a mi cuenta de blogger. Quien me haya leído anteriormente recordará my usual rant sobre mi falta de inspiración y mi paranoia por ser sumamente repetitiva. Por eso, y porque tengo la idea de que tengo que escribir desde el corazón, es que, cuando siento que no siento, no escribo nada y no he escrito nada en tanto tiempo.
Hoy es uno de esos tiempos en los que no siento mucho.
Estoy de vuelta en mi casa; este domingo la llené de plantas, compré leña para quitarme el frío de adentro y que venía después de una semana llena de desvelos y sentimientos raros. Tan raros que siento que no los he sentido yo y no sé cómo contarlos.
De todas formas, voy a regresar a este reto porque por ahí andan esas cosas y de alguna forma las podré decir, y si no, pues ya diré otras. También porque como bien nos dice Felisbertiana, aquí nos leemos y nos encontramos, aunque estemos lejos. Y como es la lejanía la que a veces disimula los sentimientos, habrá que combatirla, aunque sea poquito.
Acá estoy de regreso, pues (a la chiapaneca).

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