un caracol

Fuertemente deprimida me subí a un árbol con una rama baja. No pensaba en nada, me quería esconder y estaba mirando fijamente la sombra de las hojas, en actitud de estar deprimida
Entonces me cayó un caracol ENORME en el brazo, sin concha, baboso y carnoso, con antenas transparentes.... aaaagggggrhhhhh... frio, horrible. Grité, salté y me bajé de la rama, brinqué como una loca y me sacudí toda, corrí a lavarme el brazo, con la piel chinita de las ansias. Todavía lo siento, todavía me dan ansias, todavía tengo la piel chinita y todavía estoy triste.

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