Resumen de noticias (dice Silvio)

Y anda, pues ya estoy de vuelta en México y es de lo más normal. Tan normal que es extraño. Tuve que desalojar mi clóset porque estaba lleno de roba, roba que no es mía: camisas de mi papá, cobijas y ropa invernal de yo no se quién y arreglos de navidad. Ya le dije a mi mamá que lo único que le faltó a esta la nueva casa es un closet multiusos que no esté en m i cuarto y ella sabiamente contestóme que yo ni vivo aquí y pues tiene razón, así que me callé y arrimé las cosas a donde pude. De por sí que ya ni tengo tantas cosas, después de las tres mudanzas de este año quedé liviana cual pluma al viento y me deshice de toda la ropa que según yo no usaba -pero creo que exageré porque nomás me quedé con un pantalón. Bueno, el caso es que en la semana que he estado aquí no he existido mucho, o al menos dentro de mí no he existido, creo que ya llevo algún tiempo no existiendo, los últimos dos meses que estuve en Edimburgo no hice mucho por analizar mi estancia ahí. Fui muy feliz, Edimburgo sigue siendo mi ciudad favorita, y sobre todo en verano con sus jardines verdes y llenos de gente. Tengo por ahí unas líneas de despedida para miciudadfavorita pero ya no se cómo ni dónde meterlas y es que ni siquiera están terminadas. También vendrán algunas fotos. Ahora tengo un mes para terminar la tesis que tenía que terminar en el tiempo que me quedé allá y-como siempre- estoy en pánico pero sobre todo me es imposible ponerme a hacer nada. De hecho no he ni siquiera contestado mails o avisado a mis amigos que ya llegué (Amigos: ya llegué) porque estoy medio atorada y muy ocupada haciendo visitas familiares.
Ayer conocí a una de las tres sobrinas que me nacieron este año, y ya hice la obligada visita a Teziutlán donde fui muy feliz porque mi abuelo insólitamente tenía muchas ganas de platicar conmigo y me llevó de paseo por el pueblo donde tuve oportunidad de ver (en orden) los nuevos contenedores de basura, la nueva casa de la cultura y la reparación del cine-teatro Variedades que había estado cerrado por cincuenta años. "Ya ves como el pueblo mejora" me dijo mi abuelo y me dijo también que le dijera a "mis amigas" (?) para que quisieran ir a conocer. Mi abuela por su parte me hizo chilpozo (manjar de los dioses) y chilahuates (tamales de frijoles y calabaza) y gelatina de cajeta. La próxima semana regreso para que me de mi dotación de polvo de oro y me enseñe a hacer tamales de chícharo. Teziutlán no será muy bonito pero la comida, oh my, la comida.
Llegué a encontrar Xalapa muy llena de cosas y con miles de plazas nuevas por todos lados y un espantoso Home Depot que le termina de dar en la torre a lo que ya estaba dado en la torre. Me da coraje y me da mucha tristeza, cuando llegué hace 10 años (diez años!!!) apenas había algunas cosillas y era un pueblo chiquito y creo que muy tranquilo pero sobre todo no se sentía que fuera a cambiar o a crecer tanto... hoy no sólo es que haya masocotes tienderos nuevos, sino que se siente que es algo que ya no va a parar... chales, creo que abren un nuevo super cada mes. Qué, ¿hacen tanta falta?

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