Teamforest: home (05:34 AM)

No son horas de estar escribiendo aquí. Hace frío, son las 5 de la mañana, hay una hormiga rondando la computadora y el té que me acabo de hacer se quedó hirviendo más de diez minutos porque lo estaba olvidando quitar de la estufa (¿o debería decir: "estaba olvidando quitarLO de la estufa?"). Debería estar durmiendo. No debí haberme despertado hace una hora con la certeza de que todo está mal. Tampoco debí haberme puesto a hacer acertijos numéricos de los que vienen en esa revista que lleva meses en mi buró y que ya me sé de memoria (la revista, con los acertijos nunca he podido).
Sorprendentemente a esta hora sí hay internet. Espero que sea porque ya funciona y no porque a esta hora no tiene otra cosa que hacer más que funcionar. Eso significaría que esta es la hora a la que tengo que ponerme a escribir, y sólo de pensarlo me da cansancio.
No sé qué es lo que me despertó: los nervios o los piquetes que tengo por todo el cuerpo. Imagino que el bicho culpable estará brincando en mi cama, porque tengo más de los que tenía al acostarme, que ya eran muchos (nervios y piquetes). Y justo hace unos días bromeba sobre cómo mi vida es como una saga interminable de esas películas de insectos asesinos: Elsa contra las alimañas. Parte IV: los caracoles (Ah, porque ahora tengo caracoles, son pequeños y de conchita transparente, y se pegan a las ventanas como para que yo los analice, aunque me dé flojera hacerlo).
No es nada, el insomnio. Siempre ha estado por ahí en mi vida: viene y se va. Ahora vino, mañana se va.

Ah, y como aviso a esos nuevos lectores del blog: Si en verdad quieren andar por aquí, dejen de preocuparse. Todo es licencia poética.

Comentarios

Anónimo dijo…
Encontré tu blog por casualidad y me atrapó la frescura de tus palabras.
Ahora forma parte de mis favoritos y le echaré un vistazo siempre que pueda.
Me gusta cómo cuentas las cosas. Yo empecé con un propósito de blog hace más de 1 año y se quedó en eso. Espero retomarlo e invitarte para que eches un vistazo.
Gracias por invitarnos a compartir tus impresiones.
Desde España, un abrazo de Valkeria

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