14. Mudanzas

Hoy hice cuentas y me dio gusto recordar que oficialmente estaré acá casi seis meses más. En verdad disfruto vivir aquí (aunque cuando lo miro con mi lado negativo siento que no estoy viviendo aquí lo suficiente, pero eso es harina de otro costal). Y no sé ni siquiera por qué lo disfruto tanto. La gente, el ambiente de pueblo, la familiaridad de las cosas, lo fácil que es recorrer todo de punta a punta... El caso es que me dio gusto y un poco de ansiedad pensarlo, ¿y después qué? ¿qué viene, qué quiero que venga?
Por lo pronto ya encontré casa, o ya casi -falta que se la arrebate en un pleito callejero a otra mujer que también piensa que ya encontró casa- mañana lo sabré. La casa es grande, bonita, con una cocina hermosa, y un spare room con dos camas. Tiene un jardín interior super lindo y un corredor con techo de vidrio que quiero llenar de macetas que no podrán jamás pasar de él.
Creo que no tiene horno y eso sí lo lamentaré, porque en el último año me ha dado por poner a prueba mi paciencia y aprender a hornear cosas: panqués, pays, galletas, etc. Hoy hice scones y me quedaron horribles, pero puedo decir que fueron dos horas muy bien invertidas, no hay nada como empezar a hacer algo que no puedo dejar de hacer por ponerme a hacer algo más y que además requiere de toda mi atención, mi concentración y mi habilidad para seguir instrucciones (esta última un poco inmadura todavía).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Diez años

El miedo no anda en burro