Quería escribir algo pero todo lo que siento ya lo escribí en un post de hace diez años que nunca publiqué. Es un post muy lúcido. Palabra por palabra. Todo lo que siento ahora lo sentía ya hace diez años y tal vez hace veinte o treinta. ¿En qué momento pasaron diez años en los que mi vida ha cambiado radicalmente y aun asi no logro sentir nada distinto? ¿En qué momento me convertí en este ser que no sabe cómo acumular conocimiento y experiencias de la vida? Vine aquí porque quisiera volver a tener la discplina de pensar y de escribir. A veces pienso cosas que me gustaría desarrollar, sólo porque el ejercicio de pensar y de extenderme en una idea o en un sentimiento es cada vez mas raro. Como si no tuviera el tiempo, la energía o la habilidad para hacerlo. Como si fuera incapaz de comunicarme con lo que tengo adentro, que está fragmentado y que a veces me estorba porque me paraliza y no me permite disfrutar nada. Entonces veo dos ideas que se contradicen: por un lado pensar las cosas
Yo sí soy de esas personas que ven burro y se les antoja viaje. Es más, soy de esas personas que tienen envidias escondidas, y que cuando ven que alguien más hace algo, también quiere hacerlo. Y que se ponen tristes cuando eso pasa, porque sienten que se les está yendo una gran oportunidad. La Gran Oportunidad. No es malo, no creo que sea malo. Estoy tentada a hacer de este post un recuento de dichos populares para explicar mi punto con el clásico: “the grass is always greener on the other side of the fence”, pero no lo haré. (Y además creo que con enunciar mi tentación y mi negativa a caer en ella me libro del lugar común) (ja!). El punto en realidad se explica así: cuando alguien cercano a mi cambia, y me refiero a cuando alguien toma una decisión de vida que implique un cambio radical o simplemente importante , me dan ganas de cambiar a mi también. Quiero, yo también, tomar una decisión de vida radical y drástica y encontrarme en esa situación emocionante en la que uno sient
Puedo seguirme repitiendo al infinito. Total, siempre hay madrugadas como esta que siguen a un día lleno de evasión en el cual di prioridad a la bruma que me llena la cabeza. Quizá por eso no me dejo ir a la cama antes de desenredar los hilos que traigo adentro: tengo miedo de no dormir otra vez, de empezar a angustiarme y a compadecerme de mi pobre vida . Otra vez.
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