Puedo seguirme repitiendo al infinito. Total, siempre hay madrugadas como esta que siguen a un día lleno de evasión en el cual di prioridad a la bruma que me llena la cabeza. Quizá por eso no me dejo ir a la cama antes de desenredar los hilos que traigo adentro: tengo miedo de no dormir otra vez, de empezar a angustiarme y a compadecerme de mi pobre vida. Otra vez.
El miedo no anda en burro
Yo sí soy de esas personas que ven burro y se les antoja viaje. Es más, soy de esas personas que tienen envidias escondidas, y que cuando ven que alguien más hace algo, también quiere hacerlo. Y que se ponen tristes cuando eso pasa, porque sienten que se les está yendo una gran oportunidad. La Gran Oportunidad. No es malo, no creo que sea malo. Estoy tentada a hacer de este post un recuento de dichos populares para explicar mi punto con el clásico: “the grass is always greener on the other side of the fence”, pero no lo haré. (Y además creo que con enunciar mi tentación y mi negativa a caer en ella me libro del lugar común) (ja!). El punto en realidad se explica así: cuando alguien cercano a mi cambia, y me refiero a cuando alguien toma una decisión de vida que implique un cambio radical o simplemente importante , me dan ganas de cambiar a mi también. Quiero, yo también, tomar una decisión de vida radical y drástica y encontrarme en esa situación emocionante en la que uno sient...
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